Texto extraído del libro: “El
poder curativo de los alimentos” de Anne Marie Colbin
Un recién nacido que bebe leche de su madre recibe el
alimento perfecto, hecho a medida para satisfacer sus necesidades hasta el
momento en el que el pequeño pueda comenzar a comer lo que comen los adultos.
La leche es copiosamente nutritiva, tranquilizadora para el ánimo y portadora
de calor vital que permitirá al niño desarrollar su capacidad de amor y cariño.
Pero ¿qué ocurre cuando el ser
humano bebe la leche de otro animal? ¿Y cuándo esa leche, además, está sujeta a
diversos procesos que alteran su estado natural? Puede que la leche fresca y
cruda de vaca, cabra, oveja, camella, yak y otros animales similares tenga
muchos alimentos y cualidades nutritivos, pero su composición química difiere
de la leche humana, y carece del campo energético humana, de la cualidad del
humano. Cuando esta leche es a su vez pasteurizada y homogeneizada, y cuando se
le añaden vitaminas sintéticas, puede ser cierto decir que es una sustancia
totalmente diferente de la que va directamente del pezón de la madre a la boca
de su hijo.
Comparemos la composición de la
leche de vaca y la leche materna:
- - La proporción calcio-fósforo en la leche humana
es de 2,35:1 pero en la de vaca es sólo 1,27:1.Esta proporción diferente
origina una menor absorción del calcio de la leche de vaca, ya que la mayor
cantidad de fósforo combina con el calcio en tubo digestivo e impide la
absorción del calcio.
- - Los hidratos de carbono presentes en la leche
humana casi doblan en cantidad a los que se encuentran en la leche de vaca, 9
gr contra 4,9 gr. Esto podría explicar el deseo de dulces cuando se consume
leche de vaca.
- - La leche humana sólo contiene 16 mg de sodio,
contra los 50 mg de la leche de vaca.
- - La leche de vaca tiene tres veces más de
proteínas y casi cuatro veces más de calcio que la leche humana.
De acuerdo con nuestro modelo de
sistemas u organismos, más no es siempre mejor, y demasiado de algo puede crear
tantos problemas como demasiado poco, desequilibrando el sistema. Es inevitable
que cuando hay una cantidad desproporcionada de estos alimentos en el exceso
hay un exceso de material de desecho.
¿Cuáles son los efectos de este
exceso?
Según las medicinas ayurvédica y
china, la materia del cuerpo no utilizada se convierte en moco o pus, el medio
perfecto de cultivo para las bacterias. Así pues, los productos lácteos son un
terreno abonado para el cultivo de infecciones.
La plaga de problemas corrientes
de construcción y excreción que nos asola hoy en día (asma, alergias,
faringitis estreptocócica, meningitis, infecciones de oídos, acné, sobrepeso)
pueden considerarse pruebas de que nuestros órganos excretores no funcionan
bien.
La adición de vitamina D
sintética a la leche de vaca parece ser también causa de bastantes problemas.
Introducida con la mejor, de las intenciones, para impedir el raquitismo en los
niños, esta vitamina favorece el depósito de calcio en el cuerpo.
En muchos casos, el exceso de
calcio de la leche de vaca, cuando los sistemas de drenaje como son los riñones
no funcionan al 100 % puede formar cálculos renales. También puede formar
depósitos en diversas zonas de los órganos reproductores de la mujer,
endureciéndose a veces y formando quistes.
El consumo de productos lácteos
(leche, queso, yogur, helado) parece estar fuertemente ligado a diversos
trastornos del sistema reproductor de la mujer, entre ellos, tumores y quistes
ováricos, secreciones e infecciones vaginales.
(En el libro aparecen ejemplos de
pacientes a los que les remite casi por completo las afecciones tras retirarse el consumo de leche, y referidos por diversos médicos)
Por otra parte, la nata podría
colaborar en la asimilación del calcio de la leche, de ahí se sigue que la
leche descremada podría generar una carencia relativa de calcio, aún ante el
aparente exceso de calcio de la leche de vaca. Además, debido a que la nata
contiene una enzima desintegradora de las proteínas (XO), al quitarle esa grasa
podríamos hacer que la proteína de la leche fuera más difícil de digerir.
Los profesionales de la salud se
han fijado que muchas personas tienen reacciones agudas frente a la leche,
entre las que se encuentran, calambres, hinchazón, gases intestinales, y
diarrea. Estos síntomas se deben a la falta de lactasa, la enzima necesaria
para digerir la lactosa. Este trastorno se llama a la intolerancia a la
lactosa. Esto suena a enfermedad, de manera que las personas a las que se les
diagnostica creen que algo les funciona mal. Pues no funciona nada mal. Una vez
destetados, todos los mamíferos normales dejan de producir las enzimas que
necesitaban para digerir su alimento de bebés.
En cuanto a quesos y yogures, y
leches fermentadas, como el kéfir y el suero de leche, son fáciles de digerir
porqué la lactosa se ha descompuesto por el proceso de fermentación, y son un
placer para el paladar, por lo que en pequeñas cantidades no han de ser especialmente perjudiciales.
La leche fresca, cruda y sin
pasteurizar de vacas o cabras sanas, consumida en pequeñas cantidades, es un
buen alimento para los niños pequeños. De hecho, cuando es imposible darle el
pecho al bebé, la leche de cabra cruda es la opción siguiente a la leche
materna. Si bien sus valores nutritivos son similares a los de la leche de la
vaca, al parecer provoca menos reacciones alérgicas y no ha sido homogenizada
ni fortalecida.
La pregunta que vendría a
continuación sería, ¿y de dónde voy a sacar el calcio?
Hay muchos alimentos que
contienen calcio en una forma natural y fácil de asimilar. Estos son:
- - Las legumbres y los frutos secos
- - Las verduras, sobretodo el brócoli, las coles,
los nabos, el perejil, los berros y el diente de león
- - Las semillas de sésamo y la salsa hecha con
ellas (tahine)
- - El salmón y las sardinas enlatadas con sus
respectivas espinas.
- - Las sopas preparadas con uno o más huesos (de
pescado, ave o vacuno), y con una cucharada de vinagre de vino (que extrae el
calcio y lo deja en el caldo).
- - alguna frutas como uvas pasas o higos.
- - alguna frutas como uvas pasas o higos.
Algunos alimentos con su proporción en calcio:
ALIMENTO
MILIGRAMOS DE CALCIO POR 100 GR.
Leche humana 33
Leche de vaca 118
Sárdinas en lata 300-437
Acelgas cocidas 73
Brocoli 130
Coles
187
Perejil 203
Sésamo 1.160
Almendras 254
Cacahuetes tostados 74
Alga Wakame 1.300
Alga Agar-agar 296
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