martes, 4 de septiembre de 2012

Tu destino

Azure Windows en Gozo
¿Existe la casualidad? Cada vez creo menos en ella, y más en el poder y amor del universo disponiéndolo todo a la perfección y encajando cada pieza del puzle exactamente en su lugar, sin que quepa otra disposición diferente. Entonces, ¿el libre albedrío no existe? Tal vez somos seres todavía tan poco evolucionados que aunque creamos que tenemos capacidad de decisión, en el fondo estamos a un nivel de evolución tal que los condicionamientos como son: fecha y lugar de nacimiento, impronta genética, cultura, sociedad, etc, disponen por nosotros en todo momento.

En biología neuronal se ha descubierto que, incluso a la hora de tomar las decisiones más simples, nuestro cerebro las ha tomado antes que nosotros, sin tener conciencia de ello.

En nuestro cerebro existen caminos trazados muy marcados a través de años de repetir esquemas, formas de pensar y pautas de comportamiento repetidamente, billones de veces, y por inercia tendemos a seguir esos caminos trazados, sin tener conciencia del amplio mapa de tierras por explorar que abarca nuestro cerebro, pensamientos que pensar o realidad por descubrir.

Pues en la medida que ampliamos la extensión de nuestro cerebro recorrida, y nos atrevemos a seguir nuevos caminos, ampliamos nuestra realidad exterior o mundo circundante. 
E incluso atreverse a recorrer nuevos caminos ¿no será también fruto de todos los condicionamientos que nos rigen, y del nivel de evolución al que nos encontramos?.

La neurocidad es el proceso de modificación de la organización neuronal del cerebro a resultas de la experiencia. El concepto se sustenta en la capacidad de modificación de la actividad de las neuronas, y como tal fue descrita por el neurocientífico polaco Jerzy Konorski.18 La capacidad de modificar el número de sinapsis, de conexiones neurona-neurona, o incluso del número de células, da lugar a la neuroplasticidad.
Bien sabido es que sólo utilizamos el 90 % de la masa cerebral disponible, y proporiconalmente se corresponde con la realidad que percibimos del mundo exterior.  El cerebro del hombre "está dotado de una potencialidad considerablemente mayor de la que se puede utilizar durante la vida de una persona"(Encyclopedia Britannica, 1976, Macropedia, tomo 12, p. 998).



Al igual que una piedra se creería con libertad, si tuviera conciencia de ella misma, así mismo nosotros nos creemos con libertad, que aunque bastante mayor que la de una piedra, no me atrevería a hablar de libertad. Al igual que los humanos disponemos el futuro de una piedra para diversos usos, ¿acaso el universo en su infinita grandeza, omnipresente, omnisciente y omnipotente, no estará estableciendo de la misma manera nuestro lugar en el inmenso puzle de la vida, o lo que es lo mismo, nuestro destino?.

Así pues, el libre albedrio, o libertad, y plena capacidad de decisión, no estará acaso reservado sólo para las almas que en su evolución han llegado más allá y trascendido las limitaciones humanas.

1 comentario: